Cuando mi hija pequeña me lo preguntó, me pareció oportuno darle una respuesta esquiva, pero didáctica, y le expliqué que todos los trabajos tienen su dificultad y que lo importante es hacer algo que a uno le guste y esforzarse para tratar de hacerlo lo mejor posible . Pero no caí en la cuenta de que la avidez de información de una niña de seis años exige a menudo una mayor atención. «Papá, ¿y por qué ser abogado es difícil?».