Boston no ha empezado bien esta temporada. Los Celtics cayeron esta madrugada frente a Chicago Bulls (114-118) y sumaron su 5ª derrota en siete partidos. La tercera en un TD Garden que todavía no conoce la victoria este curso. Y, claro, las alarmas ya suenan. Por el momento, los decibelios están controlados, pero el proyecto (ya largo en maduración) se pone en duda. Son 11 años sin de pisar unas Finales de la NBA y no tiene pinta de que se vayan a tocar de nuevo de manera inmediata.
La derrota contra los Bulls es comprensible. Chicago está en alza con seis triunfos y liderato de la Conferencia Este. No lo es tanto la forma de caer: Boston ganaba de 19 puntos en el tercer cuarto (96-77) y de 14 (103-89) al arrancar el último… y perdieron de 14. El parcial de 11-39 en el periodo final define el cortocircuito de los locales. No atrapar ni un solo rebote defensivo el último cuarto define falta de actitud.
Y, claro, cuando las cosas van mal, los dedos apuntan. ¿Quiénes son los responsables? Los líderes del proyecto, estrellas como Tatum y Brown, que a pesar de lanzarse en anotación (20 y 28 puntos, respectivamente) no supieron leer ni el ritmo del partido ni las necesidades de este. Son cinco temporadas para Tatum en la NBA y seis para Brown, y parece que aún no han comprendido esa parte del juego. Altas anotaciones, alto espectáculo, pero no saben cómo se juega a esto en grupo. Y el último cuarto define esa actitud.
«No quieren pasar el balón»
“Todos los equipos saben que estamos tratando de jugar para Jayson (Tatum) y Jaylen (Brown). Ellos estudian cómo detenerlos. Todos sabemos que esos muchachos deberían pasar más el balón, pero ellos no quieren”, Aseguró Marcus Smart al acabar el duelo. El escolta, autor de 16 puntos, atendió a los medios al igual que Al Horford. El entrenador Ime Udoka también respondió a las preguntas de los periodista. Brown iba a ser el cuarto… pero finalmente no estuvo disponible. Tatum tampoco habló con ningún medio.
“Es algo que van a aprender. Todavía están aprendiendo. Estamos orgullosos del progreso que están haciendo, pero va a tener que dar un paso más y encontrar formas, no solo de crear para ellos mismos, sino de crear para en este equipo, para abrir la cancha ”, continua Smart. “Es algo que les hemos estado pidiendo que hagan y están aprendiendo. Solo tenemos que seguir ayudando a esos muchachos a hace eso y que ayuden al equipo ”.
DeMar DeRozan fue el martilló de Chicago. El escolta se disparó hasta los 37 puntos con un brillante 15/20 en el lanzamiento (3/4 en triples), aunque el impulso de la remontada fue Zach LaVine: 26 tantos para unos Bulls que destrozaron en el rebote (50 por 38) y movieron con más voluntad el balón: 30 asistencias por 20 de los Celtics. Victoria de prestigio para un proyecto valiente que mira cara a cara a los playoffs.
