No seria porque no lo avisaron. En el encuentro anterior se habían cargado las buenas sensaciones de los Celtics en el Garden, y amargado un poco el homenaje que había a Kevin Garnett, con una última jugada en ataque que ofrecía pocas dudas. En el Barclays Center de Nueva York volvió a ocurrir. Los Mavericks, esta vez, asaltaban la casa de los Nets. El modus operandi en los instantes en los que se encontró el encuentro fue el mismo, por lo que sorprende que no se planteó como opción viable que se repitiera la historia. Doncic amasó el balón en la jugada final y, al ir a decidir por sí mismo, recibió un dos conta uno que aparentemente que rápidamente mirara a un par de compañeros, sacó un pase a derechas para el que tenía más cerca, Spencer DInwiddie, y el precisamente ex de los Nets, al ver que el tiempo se consumía, no completó el pase extra hacia la esquina y lanzó por su cuenta y riesgo gracias a un mínimo hueco para, como en la jornada anterior, anote el triple ganador. El éxtasis ante el bocinazo definitivo, que les dio la victoria después de ese lanzamiento, coincidió que los jugadores incluso se cargaron la cinta que pusieron los empleados de seguridad al celebrarlo con Mark Cuban y Nico Harrison, los principales directivos de la franquicia. Era un nuevo momento de júbilo.
Dallas venció 111-113 gracias a ese tiro. En la última acción, por lo tanto, iban por detrás en el marcador y con ello se revirtió el dominio. Dinwiddie (22) y Brunson (18) fueron los artífices de la remontada, porque al inicio del último período el equipo perdía por 12, 91-79, y Luka Doncic volvió a seguir el mismo camino que en Boston: primera mitad de tirar del carro, ya que ahí anotó 24 de sus 37 puntos finales, y delegación en los minutos decisivos salpicada por un par de canastas -contra su amigo esloveno Goran Dragic- que también resultaron clave. De nuevo salió con la victoria entre sus dedos.
El dos contra uno que forzó a Kevin Durant, al ver que Doncic se había quedado en solitario con un pívot como Nic Claxton, terminó siendo una mala decisión. La megaestrella de los Nets terminó concediendo indirectamente, tras el pase de Luka, un sitio privilegiado a Dinwiddie para lanzar y ganar. El Spencer de estos días no es el que vimos en los Wizards durante la primera franja de la temporada y sí el que destaca en aquellos Nets de Kenny Atkinson: punzante, acertado y sin complejos. Que fuera este equipo el que le concediera una oportunidad asi tiene mas delito. Sin Simmons, de baja médica, y sin Irving, fuera de los partidos de casa aunque venga de metro sesenta, los encuentros se hacen una penitencia para Brooklyn. De cara al entradaresultados importantes: Raptors, séptimos, y Hornets, novenos, ganaron en la misma noche y ese octavo puesto de los Nets se ve amenazado ya por los segundos, que están a una victoria.