Sólo los Pacers han conseguido, en los siete partidos disputados, ganar a los Heat. La subida de nivel que han experimentado en verano empieza a transformarse en resultados y de los que impresionan. Los Mavericks, un equipo que se ha caracterizado en las últimas temporadas por llevar un ritmo ofensivo muy alto y ganar más por el ataque que por la defensa, recibió de su propia medicina, siendo masacrado a puntos en el segundo cuarto y llevándose una derrota con múltiples alegrías para el rival. El 110-125 con el que acabó la noche refleja que sólo en los primeros compases hubo una verdadera competencia.
Para los Heat fue, además de un esfuerzo colectivo muy interesante de ver, trabajando muy bien los bloqueos para tener espacios en los tiros o para desarrollar continuaciones en las que descargar el balón a un tercer hombre que lanzara en buena posición. Si en vez de ello queremos destacar la parte numérica, además de los 46 tantos de su segundo periodo, es preceptivo señalar que cuatro jugadores superaron los 22 puntos en sus seleccionados contadores, algo que en ningún partido de esta franquicia había pasado hasta ahora; Butler, Lowry, Herro y Adebayo.
La baja de Porzingis, que lleva cuatro partidos sin jugar por problemas de espalda, obliga a reestructurar la alineación de los Mavericks. En esta cita dio un paso adelante Jalen Brunson, que está incluido como titular al tener que jugar más pequeño que si estuviera el pívot letón. Pero de poco sirvieron sus 25 puntos, en el otro bando los había y multiplicados. Sí aguantaron bien el primer empellón, proponiendo una mínima rectitud en defensa y soltando los brazos en ataque. Duró unos quince minutos ese estado de ánimo, lo que tardó Lowry en dar uno o dos saltos en el ritmo de juego y sus compañeros en ir acertando a enlazar jugadas que acababan en canasta. Los contragolpes, o ataques muy rápidos, comienzan a ser una constante en estos Heat de Spoelstra que a duras penas hemos visto en la ya larga trayectoria de este entrenador en ese banquillo.
