Funcionarios de Hamas y Fatah, las principales facciones palestinas que han competido durante mucho tiempo por el poder en Gaza y Cisjordania, se reunieron recientemente en Beijing para lo que los funcionarios chinos llamaron el martes “conversaciones profundas y sinceras sobre la promoción de la reconciliación entre palestinos”.
No se esperaba que las discusiones en Beijing dieran mucho resultado. El bombardeo israelí de Gaza ha profundizado el apoyo a Hamás en la Cisjordania ocupada por Israel, donde la Autoridad Palestina (controlada por Fatah) ha administrado ciudades y pueblos durante décadas. Los funcionarios estadounidenses han sugerido que la Autoridad Palestina podría ayudar a gobernar una Gaza de posguerra, aunque eso probablemente requeriría la aprobación de Hamás.
Y ese tipo de poder compartido requeriría más compromisos de los que actualmente parece posible. Fatah y Hamás se reunieron en finales de febrero en Rusia sin ningún progreso aparente hacia un gobierno unificado. Siguen muy separados en muchos temas, especialmente porque Fatah exige que Hamas desmantele su brazo armado, una medida que el grupo militante ha rechazado repetidamente en el pasado.
Y, sin embargo, para Beijing, las reuniones probablemente sirvieron a un propósito más amplio: presentar a China como una gran potencia y pacificadora en oposición a Estados Unidos.
Beijing ayudó a restablecer las relaciones diplomáticas entre Irán y Arabia Sauditay también ha planteado una serie de principios para poner fin al conflicto en Ucrania, aunque Ucrania y sus aliados occidentales han dicho que esos principios carecen de credibilidad. Declarar solidaridad con la causa palestina se suma al argumento que China espera presentar ante los países más pequeños del mundo que se sienten alienados por Occidente, según los analistas.
«El hilo que une estas iniciativas con la política exterior más amplia de Beijing es su afirmación de poder representar a los países en desarrollo, o lo que les gusta llamar el 'sur global'», dijo Richard McGregor, investigador principal para Asia Oriental en el Instituto Lowy. En Sydney.
«Tales gestos, y son en gran parte gestos por el momento», añadió, «concuerdan con las prioridades actuales de China, que es aprender los hábitos de una gran potencia con el peso y la habilidad para llevar a las partes en conflicto a la mesa».
Entre los funcionarios que asistieron a la reunión en la capital china se encontraban Mousa Abu Marzouk, un alto miembro del ala política de Hamas, y Azzam al-Ahmad, miembro del Comité Central de Fatah, según funcionarios palestinos.
Lin Jian, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, dijo en una rueda de prensa el martes que representantes de Hamas y Fatah habían mantenido conversaciones «recientemente» en Beijing y habían acordado continuar el diálogo. No precisó cuándo se llevó a cabo la reunión.
Fatah y Hamás han una historia tensa. Cuando Israel retiró todas sus tropas y ciudadanos de Gaza en 2005, entregó el poder allí a la Autoridad Palestina. Pero Fatah perdió las elecciones legislativas del año siguiente ante Hamás. En 2007, Hamás tomó el poder en Gaza en una breve y brutal guerra civil, que dividió a los palestinos no sólo territorialmente sino también políticamente.
Joy Dong contribuyó con la investigación.
