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sábado, julio 27, 2024

Leonel se compara con Nicodemo

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EL AUTOR es comunicador. Reside en Santo Domingo.

“Jesús dijo: Mira cómo los que manifiestan la verdad sobre la tierra son juzgados por los que tienen poder sobre la tierra”. La habilidad es la capacidad que se tiene o se ejerce para hacer o lograr una cosa. Persona ingeniosa que tiene la habilidad o maña para conseguir algo. “La habilidad es a la astucia que la destreza a la estafa” (Nicolás-Sebastien Chanfort, 1741-1794).

Atilio Nicodemo quien escribiera “Los necios y los mistificadores” era el más joven de los poetas notables. Era judío, influyente miembro del Sanedrín, gran fariseo de buena fe, pero que, en secreto, fue discípulo de Jesús. Visitaba al “Maestro” en la noche para evitar que los demás se enteraran.

El doctor Leonel Fernández, quien se comparó con Nicodemo, fue un influyente miembro del Partido de la Liberación Dominicana (PLD);  político necio, orador antónimo, maestro y profeta, que en principio, como discípulo del profesor Bosch, mantuvo lealtad como Nicodemo con Jesús, pero que en secreto se manejó con sinonimia para confundir y así, aprovechar oportunidades dirigidas al logro de metas ya planificadas en la oscuridad de la noche para su beneficio, había manifestado que Él, a “partir de la idea de la existencia del verbo, predicará la palabra de Dios para sembrar el bien en el corazón de los hombres”. (Diario Libre 14/8/2019)

Leonel es un hombre mistificador, que gusta jugar con palabras rebuscadas para enmarañar al pueblo. Figura impredecible, capaz de combinar hábilmente sus errores con acciones que no sabe que la hace. Actúa como la araña, que no tiene alas y que teje sus redes para cazar a los torpes feligreses.

Como “Maestro” tiene la habilidad de un autómata pensante mínimo, que funciona con un cerebro absolutamente simple, pero inteligente. De ahí que vive remando en todos los ríos de la política sin conocer el manantial. Viaja sin brújula por todos los arroyos sin atreverse a bajar a la orilla de la realidad social.

El “Maestro” vivía en la noche para sentirse cómodo, en esa especie de anonimato, en donde los rostros sombríos se tornan desconocidos. Como la noche se resiste a la luz, no quiere que le iluminen sus secretas intenciones. En secreto, con mañosería afable, conversación respetuosa y sin discusiones apasionadas, hizo posible la ausencia del profesor Bosch en el escenario de la política, quien una ocasión dijo que no creía en Dios. Al parecer, Leonel si cree.

En un discurso confuso, lleno de voces sinónimas en grado descendente, con palabras escudriñadas, preñada de epítetos, el 26 de mayo de 1995, Leonel presentó oficialmente su precandidatura, en el mismo día de un aniversario más de la desaparición de “Narcisazo”. Y después de una callada quietud con profunda emoción, removió con gran alocución, la ruina de todo este ciclón provocando una gran admiración.

En su discurso, Leonel sacó a resplandecer la figura de Nicodemo, persona seguidora del “Maestro”, pero que nunca creyó que Jesús era Dios, ni en las advertencias del Señor, por lo que al momento de juzgarlo por ante el Sanedrín, se manifestó en favor del “Maestro” de forma confusa. La incomprensión de esa defensa provocó la resistencia del pueblo de Israel. Jesús fue crucificado porque se alegó que no era el enviado de Dios. Luego Nicodemo dijo: “Yo subiré con ellos al pie de la Cruz, me apretaré el Cuerpo frío del cadáver de Cristo con el fuego de mi amor…, lo desclavaré con mis desagravios y mortificaciones… Luego ayudó a José de Arimatea, a sepultar el cuerpo de Jesús.

Leonel, en su confuso discurso, hizo una semblanza. Colocó a Nicodemo en lugar del pueblo y Él como Jesús, que había vaticinado una catástrofe económica por las deudas del gobierno con algunos bancos, como lo hizo Nicodemo que, por la incomprensión de su advertencia, que Jesús no es Dios, provocó la resistencia del pueblo. Leonel espera que esta lección le sirva al pueblo de experiencia. Por eso, Nicodemo dudó que éste fuera el mecía enviado de Dios para salvarnos.

Leonel Fernández pertenece a una secta política que una vez clasificó la sociedad en dos grupos: “Corruptos y Peledeistas”. Hoy el pueblo está protestando por lo que dijo el “Maestro”, pero por los necios “Sinónimos” y “Antónimos” del místico Leonel, que se cree el enviado de Dios, la sociedad lo juzgará en las elecciones del 2024, como a Nicodemo que no creyó en Jesús.

 

Luisruiz47@gmail.com

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