Leonel Fernández fue tres veces presidente de la República y al menos en otras 4 ocasiones, con la de ahora, ha intentado que el pueblo lo retorne a esa posición.
De sus tres experiencias de poder existe una auditoría social que lo condenó para siempre jamás, y de no ser por las múltiples complicidades delictivas herencia de ciertos núcleos fácticos de la cultura del trujillato que lo han apañado. podría estar siendo investigado para posiblemente cumplir prisión de por vida por daño al patrimonio nacional o crímenes de lesa patria, o quedar convertido en un cadáver civil.
A sus intentos por volver al poder el pueblo le ha cerrado herméticamente cada oportunidad.
Así fue cuando quiso imponer en 2011 el criterio de que su Constitución de 2010 le permitía postularse y competir en las elecciones de 2012…entonces dijo, y “mostró” que tenía 2 millones de firmas que respaldaban su aspiración.
En 2015 la ambición desmedida de Leonel creó una crisis en el comité político del PLD que se zanjó con la firma del “Pacto de Juan Dolio”, en una reunión en el centro turístico de ese nombre, que algunos integrantes advirtieron que, en vez de pacto, había sido “un atraco”.
En ese pacto de 12 puntos, como Leonel y Danilo sustituían al Congreso Nacional con su Comité Político, dispusieron que fueran reformados los artículos 124, agregándole una disposición transitoria, y los 270, 271 y 272 de la Constitución de la República.
De tal magnitud fue el desorden institucional que creó el PLD bajo el liderato de Leonel.
Para 2020, la historia reciente indica que cuando no pudo ganar la convención de su partido, Leonel prefirió dividirlo y creó entonces la llamada Fuerza del Pueblo.
Ahora para 2024, cuando perdió todas las encuestas independientes; está derrotado en la percepción pública; es el político con la mayor tasa de rechazo, y Luis Abinader le ha tomado la plaza política, amenaza con judicializar el venidero proceso electoral.
Su FUPU ya cuestiona todo proceso de organización de los comicios; denuncian hackers, como los algoritmos que atribuyeron a Gonzalo y a Danilo en 2020; buscan recusar a las autoridades de la JCE y el TSE y, en definitiva, convertir las elecciones en la discusión de nunca acabar entre abogados, pretendiendo judicializar la voluntad popular.
Por suerte para el país, su gran estabilidad macroeconómica, política y social que mantiene en alza el turismo, las inversiones y los empleos, las próximas serán las elecciones mejor observadas y organizadas y los intentos de boicot de Leonel Fernández no pasarán.
Esta última derrota, como la que tuvo al oponerse al saneamiento de la justicia, a la eliminación de la corrupción y la impunidad y al Pacto de Nación frente a las provocaciones haitianas, será la tumba de todo el daño que él y sus cómplices políticos y mediáticos le han hecho y aún le hacen al país.
