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viernes, abril 19, 2024

Los Bucks miden al ‘big-three’ y la NBA, a dos candidatos



Mientras Kawhi Leonard, en una actuación divina, forzaba el séptimo partido en Dallas, LeBron James ya estaba en casa pensado en la próxima temporada. Los playoffs no se apiadan de nadie. Las fuerzas se igualan y el deseo por alcanzar la gloria, o rozarla, compensar diferencias que los análisis tácticos o las estadísticas planteado como inalcanzables. Nadie está a salvo y, por ello, avanzar rondas, aunque sea con el cartel de favorito, siempre es meritorio. Brooklyn Nets y Milwaukee Bucks han cumplido y de qué manera. Estaban en la obligación de hacerlo. Sus proyectos se encuentran en dos puntos muy distintos, pero comparten la necesidad de ganar. Desde la llegada de James Harden, cualquier cosa que no sea el anillo será cercana al fracaso en Brooklyn; desde hace dos temporadas, los de Wisconsin se ven superados en el momento cumbre, cuando más se pide de ellos y, al menos hasta ahora, menos parecen ofrecer. Que el tres grandes no ganara el anillo a la primera no sería una hecatombe, pero sí un primer palo en unas ruedas que, desde la primera marcha, piden avanzar a velocidad endiablada. En Milwaukee, por su parte, caer frente a los Nets supondría un antes y un después en el proyecto: el puesto de Mike Budenholzer como entrenador principal podría peligrar.

Kevin Durant, James Harden y Kyrie Irving son los elegidos para traer la gloria al otro lado de la Gran Manzana por primera vez; Giannis Antetokounmpo, Khris Middleton y Jrue Holiday, los encargados de traer a los Oscar Robertson y Kareem Abdul-Jabbar al presente, hacer de 2021 su 1971. Choque de titanes, de planteamientos y de necesidad: combinado explosivo para abrir las semifinales de la NBA. Una ronda, que, por otro lado, los Nets no pisan desde 2014, cuando se consumaba el fracaso de una reconstrucción condenada a él. Los Kevin Garnett, Paul Pierce, Jason Terry y DJ White, aterrizados tras los nefastos movimientos de Mikhail Prokhorov, conseguían superar a Toronto Raptors en primera ronda, pero caían de forma incontestable contra los Heat de LeBron James: 4-0 y al rincón de pensar. Punto y aparte hasta hoy, con un rival que, en los dos últimos cursos, no ha faltado en las semifinales de la Conferencia Este. En el primer caso, cayendo ante unos Raptors a la postre campeones; en el segundo, ante unos Heat que se quedará en un paso del anillo. Hechos que podrían maquillar la pesadumbre, pero que no lo han conseguido. Ganar es una obligación para ambas franquicias y ambas franquicias se han encontrado el peor rival posible a estas alturas, con el debido respeto a Philadephia 76ers, que, con Joel Embiid en plenitud física, también debería pasar de palabra en esta discusión.

Los mejores ataques de la competición

Cuando la temporada pasada los Mavericks de Doncic establecieron el mejor calificación ofensivo de la historia, seguramente, les era difícil concebir que la hazaña durase tan poco en sus manos. Los tiempos cambian y el baloncesto con ellos. Los Nets se suben al barco. Esta temporada, la franquicia dirigida por Steve Nash ha pulverizado la marca: 118,3 puntos por cada 100 posesiones. Herencia del Siete segundos o menos puesta en manos de tres animales ofensivos, aunque se hayan ido turnando por el camino. La Barba es el máximo anotador de la competición en las tres últimas temporadas (2018, 2019 y 2020), Durant lo ha sido hasta en cuatro ocasiones (2010, 2011, 2012 y 2014) e Irving, paradójicamente, ha sido el primer encestador del equipo, con su segunda mejor marca de la carrera (26,9). Arsenal ilimitado en ataque que, por el otro lado, se topará con la franquicia con mayor promedio de puntos del curso (120,1) y el segundo mayor ritmo en el juego (102,3 de ritmo). Ni los unos ni los otros se fían. «Hemos avanzado en la primera ronda. Estamos en disposición para jugar como sabemos, jugar, hacer todas las cosas que acabamos de hacer. Lo logrado no significará nada si no seguimos haciéndolo ahora», decía Budenholzer en la previa. «No queremos dar por sentado nada. No sucede con demasiada frecuencia, en nuestra cultura, en nuestra historia, que tres de los mejores anotadores que jamás hayan jugado estén en un equipo», Irving, por su parte.

Por si fuera poco, Nash también tienen su disposición al tirador más fiable de la temporada, uno que repite honor, ya cosechado en la temporada 2018-19. Joe Harris, de oficio francotirador, ha estado en un aterrador 47,5% de acierto. Según el portal Vidrio de limpieza, los Nets crean un 10,8% más de tiros y un 14,1% desde el perímetro con él en pista durante los presentes playoffs. Según datos recogido por el periodista Mitchell Maurer, en la serie frente a Boston Celtics, el 43,4% de los tiros por cada 154 posesiones con Irving, Harden, Harris y Durant en pista han sido desde la larga distancia, y con porcentajes aterradores. En los tres duelos precedentes entre ambas franquicias en la presente campaña, el porcentaje concedido por Milwaukee desde más allá de la línea de tres puntos ha sido del 44,7%. Aterrador para sus intereses, pero no tanto como pudiera parecer de primeras. Los tres encuentros se han sellado con un 2-1 favorable para los de Wisconsin. Las dos victorias, además, en un espalda con espalda muy reciente: el 2 y 5 de mayo. Los de Wisconsin ceden por fuera, pero compensan por dentro, a pesar de que lo primero ha sido una de sus principales bazas en la era Budenholzer. La franquicia ha registrado tasas de rebotes defensivos cercanos al 80% en las últimas tres temporadas, arrasó en la pintura en las victorias directas (92 puntos por 62) y ha estado experimentando a conciencia: frente a Miami Heat, Brook López, después de su explosión desde la larga distancia en los últimos años, ha vuelto a concentrar su presencia en la zona (15% menos de tiros desde el perímetro).

Dos equipos sin piedad

Y es que, en sus series, ambos equipos han tenido tiempo para probaturas. Si, por primera vez en los últimos años, los Bucks utilizaban esa vertiente de la temporada regular que sirve para probar cosas, han podido seguir haciéndolo en la primera ronda de postemporada; aunque antes de ella sonara como algo inverosímil. Vencieron a sus fantasmas y acabaron en cuatro encuentros con unos Miami Heat que, meses atrás, han sido verdugos en la burbuja de Orlando. Por aquel entonces, Erik Spoelstra fue capaz de ahogar a Antetokounmpo con una simple defensa zonal. Esa era la única vía de Budenholzer para hacer daño y se le agotó rápidamente. Este año, no hubo zona que valiera. Milwaukee fue apabullantemente superior, como Brooklyn en su serie. En el primer caso, la única barrida del curso; en el segundo, 4-1 gracias a un Jayson Tatum vestido de Larry Bird, a esas cotas es necesario llegar. Con tal aviso, Giannis, que viene promediando 23,5 puntos, 15 rebotes y 7,8 asistencias en la fase final, debe ser tan diferencial como se espera de él. De lo contrario, las opciones se pueden esfumar rápidamente. En los choques directos de este curso, el griego está en un monstruoso 39,7 + 10,7 + 5 … y no le sobra nada. Ni la faltan opciones para llegar ahí. Con Blake Griffin, hasta el momento, en labores de pívot titular, el punto a castigar es fácilmente detectable. En su defecto, Nicolas Claxton no debería ser un impedimento suficiente y DeAndre Jordan aún no ha sumado minutos en playoffs.

Duelo de tridentes

Alternativas por ambos lados y, en su mayoría, concentradas en dos focos muy claros. Dos tridentes: un tres grandes y tres jugadores que, aunque no se hayan ganado tal denominación, ejercen (y cobran) como tal. Seis grandes talentos que, además, se vigilarán de cerca: Holiday frente a Irving, Middleton frente a Harden y, posiblemente, Antetokounmpo frente a Durant. Los Nets inclinan la balanza del talento y, aparentemente, los Bucks la de la retaguardia. «Es el mejor defensor de la liga en la posición de base», llegó a decir Kevin Durant sobre Jrue, que ha aterrizado en Wisconsin para romper ese techo de cristal y, de momento, lo está haciendo. Ante Boston Celtics, los increíbles de Nueva York han promediado, seguidamente, 85,2 puntos. En el cuarto partido de la serie, se fueron hasta los 104, algo sólo al alcance de John Havlicek, Jo Jo White y Dave Cowens en 1973 y de Dominique Wilkins, Randy Whitman y Spud Webb en 1986. Anteto y compañía no pueden alcanzar semejantes cifras, pero sí pueden rebajarlas. Y pueden buscar apoyo en una segunda línea que comparte más protagonismo y en la que se echará de menos a Donte DiVincenzo. Al importante papel que, previsiblemente, tendrá el mencionado López, debe sumarse un Bryn Forbes que, frente a Miami, se fue al 48,5% de precisión desde la larga distancia (con 8,3 intentos) o un Bobby Portis que lidera desde el banquillo. Cualquier ayuda es buena y, al mismo tiempo, se puede quedar corta. Contra la mayor conglomeración de talento de los últimos tiempos, todo puede ser insuficiente; pero, estos Bucks, como mínimo, parecen suficientes para plantar cara. Para ganar la NBA hay que ganar a los mejores, en la ronda que sea. Luces, cámara, acción.



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