Los Jazz van a tener que sudar. Sí, se han llevado el segundo asalto y han recuperado a Donovan Mitchell, pero el hecho de enfrentarse al octavo clasificado de la Conferencia Oeste, uno que además vienede jugar dos partidos en el play-in, no parece que le vaya, precisamente, a beneficiarios. En el asalto inicial cayeron de forma tan inopinada como merecida, lo que desató viejas rencillas en el interior de la franquicia de Utah por la decisión, contraria al jugador, de asegurar con Mitchell y descanso darle. Su ausencia salió cara y los Jazz perdieron, algo muy común en ellos en el duelo inicial de una serie de playoffs (lo han hecho las seis últimas veces). Y así, como estaban, les tocaba remar para remontar y demostrar por qué son el mejor equipo de la NBA. Algo que han hecho parcialmente en el segundo asalto de la serie, en el que se han llevado la victoria y han empatado la eliminatoria. Pero ni así, ellos han sido los protagonistas.
Sí lo ha sido Ja Morant, ese joven jugador que fue Rookie del Año la pasada temporada y está jugando como si llevara toda una vida en la mejor Liga del mundo. El base ha anotado 47 puntos y se ha convertido en el más joven (22 años) de la historia en llegar a esa cifra. También en el jugador que más puntos ha metido en un solo partido de siempre en los Grizzlies y en el segundo jugador que más anota en sus dos primeros encuentros en los playoffs: 73 puntos, por detrás de George Mikan y por delante de Luka Doncic. Desde luego, palabras mayores para una exhibición fraguada con un 15 de 26 en tiros de campo, 2 de 7 en triples y 15 de 20 desde la línea de personal. Y redondeada con 4 rebotes y 7 asistencias. Todo en 43 minutos de juego, una mansalva que Taylor Jenkins ha potenciado tras ver el nivel al que se encontraron su estrella. Historia pura.