Desde hace 26 años el río Isabela recibe la descarga constante, y cada vez mayor, de lixiviados o residuos líquidos provenientes del vertedero de Duquesa donde se infiltran las aguas que “lavan” toneladas de basura y que corren en un trayecto de poco más de dos kilómetros, contaminando todo lo que tocan con vida, como la humana, animal y vegetal, hasta mezclarse con ese afluente del Ozama.
Desde que los líquidos salen de las montañas, algunas de hasta 40 metros, se comienza a inundar toda la zona. Es el caso de la parte suroeste, el poblado conocido como La Duquesa. También, al este de la zona de Jacagua y en menor proporción, el lado norte. Por todos los alrededores del botadero de basura, de un millón de metros cuadrados, aproximadamente, se pueden observar los líquidos colados que salen de los residuos sólidos.
Desde hace años los residuos cloacales, como materia fecal, orines y otros, que se producen en el Gran Santo Domingo y otros lugares, son llevados en camiones tanqueros que los descargan en canaletas que corren hacia la parte baja, precisamente, hacia la zona del río Isabela.
En el inhóspito lugar, donde confluye la cañada y el Isabela, el panorama es tétrico: un río sin corriente superficial, color café, mal oliente y con burbujas constantes, muestra de un recurso natural que languidece… De vez en cuando, algo salta de las casi estáticas aguas: quizá un sapo o un pez agonizando por la toxicidad del lugar.
La correntía de líquidos con mancha color café no solo se observa hacia el Isabela, en la parte sur del basurero, sino que en los alrededores de las más de cien hectáreas se han formado lagunas que, cuando llueve mucho, se desbordan y arrastran hacia la parte baja todos los contaminantes.
Raymond Martínez, experto en contaminación, especialmente en ingeniería sanitaria y ambiental con estudios en España, Japón, Puerto Rico y Rusia, afirma que los lixiviados son residuos líquidos o acuosos con altos niveles de componentes orgánicos como nitrógeno, fósforo, oxígeno, potasio y otros tipos como los derivados de residuos hospitalarios, que se filtran a través de las materias sólidas.
“En término de contaminación, se mide en DBO5, es el contenido del componente orgánico que tiene el agua, por ejemplo, el agua residual de una casa tiene un contenido orgánico de 180 a 200 miligramos por litro de DB05. Un lixiviado 10,000 miligramos por litro es hasta 80 veces superior a la contaminación que genera un agua residual”, explica.
Asegura que todo contaminante proveniente de un vertedero controlado o no, genera un impacto negativo en la naturaleza, en los seres humanos y los animales. No obstante, dice que no conoce ningún lugar en el país que tenga una planta de tratamiento para lixiviados.
“Lo que siempre hemos dicho, todos los técnicos que sabemos un poco de esto, es que Duquesa está causando un impacto gravísimo y no nada más en el río Isabela, también afecta a los animales, a las personas y Duquesa está muy cerca de un aeropuerto”.
Un mal viejo
Ante esa realidad que se ha mantenido por años, Jhon Grullón, administrador del vertedero y director del Departamento de Residuos Sólidos del Ministerio de Medio Ambiente, informa que a los lixiviados de Duquesa se les dará el tratamiento que corresponde.
Existen alrededor de Duquesa dos lagunas donde se acumulan parte de los lixiviados, en la parte sur y este, como medida urgente, mientras se trabaja en una solución definitiva. Grullón informa que, en ambos casos, los líquidos serán succionados para verterlos en la Planta de Tratamiento La Zurza que construyó el pasado gobierno.
Explica que, en la administración de Duquesa, los técnicos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA) trabajan en el diseño de una planta de tratamiento para lixiviados con todas las normas requeridas y para ello, en las partes sur como en el este, se construirán lagunas para evitar la correntía de lixiviados. “Vamos a mitigar ese daño ambiental de dos maneras: uno, lo que son las aguas residuales que nos llegan a nosotros, que recibimos. Ya acordamos con la CAASD, ellos van a recibirlas en la planta de tratamiento de La Zurza, ya se están preparando, acordamos, y estamos trabajando en ese tema”. La otra medida es la construcción de una planta de tratamiento.
Para ello ya hubo una reunión entre el ministro de Medio Ambiente, Miguel Ceara Hatton y el director de la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD), Felipe Suberví, y junto con los técnicos acordaron iniciar los trabajos en febrero.
El Plan Maestro de Duquesa
Este proyecto, financiado por el BID y la JICA por un monto de US$110,000,000, contempla la intervención general de Duquesa que comprende desde el tratamiento del depósito final de los residuos sólidos, los lixiviados, la organización de los “buzos” y hasta el trabajo social con los residentes en los alrededores del botadero.
Esto, a parte de los 500 millones de pesos que invierte el Gobierno a través del Ministerio de Obras Públicas para la reconstrucción de las carreteras Los Casabes y La Isabela, además de los caminos internos del basurero.
Grullón asegura que el plan ya inició y la muestra es que de Duquesa han desaparecido los incendios, los malos olores y las moscas que existían en todo el lugar. Hoy Duquesa es una montaña de basura cubierta por varias capas de tierra para, en el futuro, construir allí un gran parque.
Medio Ambiente, para mantener la operatividad del vertedero, aporta desde el año pasado RD$15,000,000 mensuales, que, junto a los aportes de varias alcaldías, permiten sostener el vertedero hasta su cierre definitivo como recomienda el BID y la JICA.
“Eso es posible con recursos, si no hay recursos, todos los logros que hasta ahora tenemos podrían volver para atrás”, asegura Grullón.
La vida útil del basurero es de 8 o 10 años si se aplica la recomendación de los técnicos de que todo el espacio correspondiente al depósito de residuos tenga un nivel de 60 metros como es, en la actualidad, la cota mayor.
Sin recursos no hay sostenibilidad operacional en vertedero Duquesa
El manejo de residuos sólidos, la construcción de caminos internos con granzote y tosca, el alquiler de equipos, la compra de combustibles y otros, son gastos corrientes en el que constantemente incurre la administración de Duquesa para mantener su operatividad, pero los ingresos son limitados, pese al esfuerzo que hacen Propeep, Obras Públicas y algunas de las Alcaldías que pagan su servicio. Hasta ahora los ingresos son los siguientes: La Alcaldía del Distrito Nacional paga todos los meses RD$7,000,000; el sector privado RD$752,916; Santo Domingo Oeste RD$500,000; Los Alcarrizos RD$160,000; Pantoja RD$55,000; Santo Domingo Este no paga, ni Santo Domingo Norte. El Ministerio de Medio Ambiente aporta RD$15,000,000 todos los meses.