A partir de este viernes, se han intensificado las tensiones entre Israel y el movimiento libanés Hezbolá. Así, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) atacaron una serie de objetivos de Hezbolá en el sur del Líbano, incluido el cuartel general central de la organización, situado debajo de edificios residenciales en el barrio de Dahiye de Beirut.
El Ministerio de Salud del Líbano confirmó la muerte de seis personas, mientras que el balance preliminar de heridos es de 91 tras el bombardeo al sur de Beirut.
Luego, Hezbolá lanzó una andanada de 65 cohetes contra Israel. Medios locales informan que las sirenas antiaéreas sonaron en la ciudad israelí de Safed y comunidades cercanas.
Ya por la noche, continuaron los ataques israelíes contra lo que aseguran que son instalaciones de Hezbolá en Beirut. Las FDI detallaron que entre los objetivos atacados se encuentran instalaciones de producción de armas, edificios utilizados para almacenar armamento avanzado y centros de mando clave de la organización militarizada.
El objetivo era el líder de Hezbolá
Los medios reportan que el objetivo de los ataques israelíes contra la sede central de la organización era el máximo líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah. Fuentes israelíes afirmaron a The New York Times que el bombardeo se realizó después de recibir información de que el secretario general del movimiento había llegado al búnker para una reunión del liderazgo.
Funcionarios hebreos citados por The New York Times precisaron que las agencias de inteligencia israelíes estaban al tanto de la instalación subterránea bajo cuatro edificios residenciales en un barrio densamente poblado al sur de Beirut. En cuanto se informó de la llegada de Nasrallah, se disparó una gran cantidad de municiones hacia el lugar, incluyendo algunas antibúnker.
De momento, circulan diferentes versiones sobre el destino del líder máximo de Hezbolá, mientras que el propio movimiento chiita no se ha pronunciado al respecto.
Por su parte, las FDI aseguraron haber eliminado al comandante de la unidad de misiles de Hezbolá Muhammad Ali Ismail, a su adjunto, Hossein Ahmed Ismail, y varios otros comandantes del grupo libanés en una serie de ataques realizados durante la noche que dejaron a la capital libanesa en llamas.
Amenaza para infraestructuras de Israel
Asimismo, el portavoz de las FDI, Daniel Hagari, afirmó que en el barrio Dahiye, de Beirut, Hezbolá construyó tres edificios con espacios subterráneos destinados a almacenar armas estratégicas, actuando las construcciones superiores como escudo.
Según el vocero, la forma en que se almacenan los misiles en esos edificios permite trasladarlos y lanzarlos fuera de ellos en cuestión de minutos, lo que supone una amenaza para las rutas marítimas mundiales y las infraestructuras estratégicas críticas de Israel.
«Un crimen de guerra claro e inocultable»
El presidente iraní, Masoud Pezeshkian, condenó el ataque israelí y expresó el apoyo de su país a la resistencia antiisraelí libanesa. «El ataque de hoy del régimen sionista contra la zona de Dahiye, en Beirut, es un crimen de guerra claro e inocultable que reveló una vez más la naturaleza de terrorismo de Estado de ese régimen», afirmó.
A su vez, el ministro de Exteriores de Irán, Seyed Abbas Araghchi, aseveró que el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, y sus pandillas de criminales deben ser detenidos y procesados por sus crímenes atroces» en la Franja de Gaza y el Líbano.
Mientras, el mandatario de EE.UU., Joe Biden, afirmó en declaraciones a la prensa que «siempre le preocupa» que pueda haber una escalada en el Líbano. «Todavía estamos recabando información y puedo decirle que EE.UU. no tuvo conocimiento ni participó en la acción de las FDI», indicó.
La Casa Blanca también informó que Biden ordenó que las fuerzas de EE.UU. en Oriente Medio sean ajustadas «según resulte necesario».
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