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jueves, marzo 28, 2024

Noche de terror para los Sixers



Los playoffs son, para los que de verdad van a por el anillo, los aspirantes con galones, una experiencia en muchas cosas terribles. Agotadora en lo físico pero también en lo emocional, ultra exigente y que requiere, además de todo lo demás, la dosis necesaria de suerte. En cada partido, en cada jugada por aparentemente intrascendente que pueda parecer, va la temporada. Los Sixers, que en los últimos años han tenido unos cuantos problemas y que saben que su gran estrella, Joel Embiid, tiene que vivir con los dedos cruzados por lo que respeta las lesiones, lo han comprobado en Washington. No solo no cerraron la serie para descansar con lo que habría sido el segundo 4-0 de estos playoffs sino que, además de que perdieron en la capital (122-114) se quedaron sin Joel Embiid, que se fue en el primer cuarto por una lesión de rodilla.

No hay demasiado información por ahora (hoy habrá resonancia) y no es descartable que fuera una simple cuestión de precaución. Pero en Philadelphia ya nadie va a estar tranquilo hasta que se sepa algo más: Embiid es la piedra filosofal, el jugador sobre el que descansan las opciones de los Sixers de salir vivos del mismo Este en el que juegan Nets y Bucks. Así que el asunto tiene implicaciones para esta serie, aunque sigue dócil todavía con 3-1 para los de Doc Rivers, pero sobre todo para la lucha por el título, que borraría un candidato con Embiid fuera o en versión rebajada.

Hoy habrá pruebas, así que toca contener el aliento. Embiid promediaba 30 puntos con un 67% en tiros en una eliminatoria plácida hasta ayer (llegó 3-0 con una diferencia media de 20,3 puntos) y contra un rival sin respuestas para su dominio de las zonas. Pero antes de llegar al minuto 8 de partido (y cuando ya estaba en 8 puntos y 6 rebotes con el marcador en un prometedor 12-20) sufrió una caída muy fea tras un tapón de Robin Lopez. Siguió en pista pero casi al final del primer cuarto se marchó al banquillo y de ahí, al vestuario para no volver. Ahora solo se puede esperar.

Por lo demás, el partido confirmó que el único 4-0 de toda la primera ronda será el del Bucks-Heat, curiosamente la que muchos habrían señalado como la serie más igualada o con más peligro para uno de los favoritos al anillo (más allá del Suns-Lakers). Los Wizards escaparon con vida de una noche que parecía la de su fin de curso y dieron una alegría a unos aficionados (10.665) que cantaron “Wiz en siete”Y dieron la nota, como si se estaba produciendo una especie de efecto llamada, cuando uno saltó a la pista en el tercer cuarto y tuvo que ser placado por la seguridad del pabellón y espesado por la policía.

Los Wizards encontraron aire cuando dejaron de ver a Embiid delante: por dentro produjeron el incansable Gafford (12 puntos, 5 tapones) y Robin Lopez (16 y 5 rebotes) y hubo más vías hacia la canasta para todos. Así Bradley Beal llegó a 27 puntos, Bertans mejoró con más espacios también por fuera (15 puntos, 3 triples), Hachimura jugó un gran partido (20 + 13 con un 8/12 en tiros) y Russell Westbrook, que era duda hasta última hora con un tobillo muy tocado, fue puro Russell Westbrook. Un torbellino de intensidad con sombras (3/19 en tiros) y muchas luces: 19 puntos, 21 rebotes, 14 asistencias. Con 12 triples-dobles en playoffs, supera a Jason Kidd y queda por detrás ya solo de Magic Johnson y LeBron James.

Después del riesgo de despeñe del primer cuarto, todavía con Embiid, se pasó a un 92-78 en el tercero, con los Wizards muy cómodos y los Sixers más pendientes de qué estaba pasando con su jugador franquicia. Pero a los de Scott Brooks no les sobró nada: 106-106 a cuatro minutos y medio del final, antes de un excelente cierre en el que, la otra gran historia del partido, llegó el (cantado tras las palabras de Brooks en la previa) piratear un Simmons. El base australiano comenzó el partido con un 0/9 en tiros libres en la serie y estaba 1/3 cuando comenzó a recibir faltas voluntarias de los Wizards. Fue ocho veces a la línea de personal, falló cuatro (5/11 final) y produjo poco en acciones, para eso se hacen los feos hackear un, que rompieron el ritmo y quitaron el balón de las manos de su equipo, que no pudo sellar su primera barrida (4-0) desde 1985.

Simmons acabó con 13 puntos y 12 rebotes y Tobias Harris con 21 + 13 y 5 asistencias. Y mientras que Seth Curry también tuvo molestias, los anotadores del banquillo (Maxey, Milton, Korkmaz y grandes minutos de Hill y Thybulle) apretaron el marcador en una noche que, en todo caso, no era propicia para los Sixers. Y que puede acabar siendo maldita. No se trata del 3-1, todavía comodísimo para los de Doc Rivers, sino de la rodilla derecha de Joel Embiid. Más vale tocar madera.





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