El desplazamiento de los Lakers a Mineápolis se presumía complicado siendo todos conocidos del poderío que están desplegando esta temporada los Timberwolves, de los precedentes entre los equipos y de los antecedentes de los californianos intentando no desestabilizarse en cada partido que disputan. Pues les cayo todo de golpe. Sin ser una derrota imperdonable ni por fondo ni por forma, y sin ser tampoco inesperada, sí produce un amargor que va más allá del resultado, que fue 124-104.