Algunas mujeres llevaban vestidos elegantes y algunos hombres esmoquin, aunque varias parejas acudieron decididamente con una vestimenta más informal, una vista nada inusual en el Lincoln Center en Nueva York, en lo que fue llamado «la boda más grande del mundo».
Como sea, el ambiente del sábado en la noche escapó a la rutina entre flores de imitación que colgaban de los balcones mientras las novias -sí, las novias- llevaban ramos de rosas y flores silvestres en una bulliciosa sala llena de emocionadas parejas.
En total, unas 700 llegaron al emblemático sitio en la ciudad de Nueva York para profesar su amor, sin importar si tenía poco o mucho tiempo haciéndolo.
Algunos intercambiaron sus votos por primera vez mientras otros como Hazel Seivwright-Carney y su esposo Rohan Carney llegaron a renovarlos después de que huyeran juntos hace muchos años para el disgusto de sus familias.
“Cuando nos fuimos hace 28 años, mi madre no tuvo la oportunidad de ver que nos casamos”, dijo la novia.
El sábado, su madre esperó pacientemente en medio del ambiente húmedo el inicio de la boda para ver finalmente a su hija intercambiar votos con el amor de su vida.
Se tratará apenas del segundo año de lo que podría convertirse en un evento anual en el Lincoln Center.
Tras el aplazamiento de tantas bodas debido a la pandemia de coronavirus, los representantes del centro pensaron que el evento podría ayudar a las parejas a reencontrarse tras el hastío del COVID debido a meses de confinamientos.
Ninguno de los casamientos fueron legalmente obligatorios. Más de 500 parejas participaron el año pasado.
El abrumador éxito del año pasado convenció a los organizadores de repetirlo.
La celebración reunió a cientos de parejas para una ceremonia multicultural y presentaciones en vivo.
Las bendiciones y los votos fueron dirigidos por un sikh y un chamán coreano, y hubo un momento de atado de cintas durante la ceremonia para simbolizar el compromiso, seguido de un baile de cintas.
Las actuaciones incluyen un dúo con Jaime Lozano y Florencia Cuenca, la Jina Brass Band y la dirección musical de Sunny Jain, el Coro de Jóvenes de Nueva York y más.
Los organizadores quieren enfatizar que esto es más una ceremonia de compromiso y no algo legalmente vinculante.