La embajada de Estados Unidos en Moscú emitió un alerta de seguridad el 7 de marzo, advirtiendo que su personal estaba “siguiendo informes de que los extremistas tienen planes inminentes de atacar grandes reuniones en Moscú, incluidos conciertos”. El comunicado advirtió a los estadounidenses que podría producirse un ataque en las próximas 48 horas.
La advertencia estaba relacionada con el ataque del viernes, según personas informadas sobre el asunto. Pero no estaba relacionado con un posible sabotaje ucraniano, dijeron funcionarios estadounidenses, y agregaron que el Departamento de Estado no habría utilizado la palabra “extremistas” para advertir sobre acciones ordenadas desde Kiev.
Las voces pro-Kremlin inmediatamente aprovecharon la advertencia de la Embajada de Estados Unidos de presentar a Estados Unidos como un intento de asustar a los rusos.
A los funcionarios estadounidenses les preocupa que el presidente Vladimir V. Putin de Rusia pueda intentar culpar falsamente a Ucrania por el ataque, presionando a los gobiernos occidentales para que identifiquen quiénes creen que puede ser el responsable. Putin frecuentemente tergiversa los acontecimientos, incluso los trágicos, para adaptarlos a su narrativa pública. Y se ha apresurado a acusar a Ucrania de actos de terrorismo para justificar su invasión del país.
Los funcionarios estadounidenses dijeron que Putin podría volver a hacer eso después del ataque del viernes, buscando utilizar la pérdida de vidas para socavar el apoyo a Ucrania tanto a nivel interno como en todo el mundo.
El 19 de marzo, el líder ruso calificó la declaración de la Embajada de Estados Unidos como “un chantaje evidente” realizado con “la intención de intimidar y desestabilizar nuestra sociedad”. Pero aún no había comentado directamente sobre el ataque del viernes.
John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional del presidente Biden, dijo a los periodistas el viernes que la Casa Blanca no tenía “ninguna indicación en este momento de que Ucrania o los ucranianos estuvieran involucrados”. Y añadió: “Lo estamos analizando. Pero quisiera desengañarlos a esta temprana hora de cualquier conexión con Ucrania”.
“Nuestros pensamientos obviamente estarán con las víctimas de este terrible, terrible ataque a tiros”, dijo también.
La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zakharova, dijo sin embargo, según Reuters: «¿Sobre qué base los funcionarios de Washington sacan conclusiones en medio de una tragedia sobre la inocencia de alguien?» Añadió que si Washington tenía información, debería compartirla.
Mykhailo Podolyak, un alto asesor de la oficina presidencial de Ucrania, dijo en una declaración en video que “Ucrania no tiene absolutamente nada que ver” con el ataque.
Aishvarya Kavi contribuyó con informes.
