El ex alcalde de Nueva York Bill de Blasio fue condenado el jueves a pagar 475.000 dólares por un tribunal de ética de la ciudad que extendió que había hecho un uso indebido de fondos públicos en un destacamento de seguridad policial durante su fallida candidatura presidencial.
La cuantiosa multa es la mayor jamás impuesta por la Junta de Conflictos de Intereses de Nueva York, y pone fin a una investigación de un año de duración sobre el uso por parte del alcalde de dos mandatos del dinero de los contribuyentes para sufragar los gastos de viaje de los agentes de la policía de Nueva York que le acompañaron en sus paradas de campaña por todo el país.
En virtud de la sentencia, que ha prometido recurrir, el alcalde demócrata de Blasio se verá obligado a reembolsar a la ciudad los 320.000 dólares gastados en vuelos, hoteles, comidas y coches de alquiler de los agentes durante los cuatro meses de campaña.
También tendrá que pagar una multa de 25.000 dólares por cada uno de los 31 viajes fuera del estado de los agentes de seguridad, lo que supone un total de 155.000 dólares.
La orden fue dictada por el Presidente de la Junta de Conflictos de Intereses, Milton Williams, quien pensó que de Blasio «violó claramente» la prohibición de la ciudad de utilizar recursos públicos para promover una campaña política. De Blasio fue anunciado de esta norma antes de su campaña, pero «hizo caso omiso del consejo de la Junta», escribió Williams en su fallo.
En un comunicado, el abogado de De Blasio, Andrew G. Celli Jr., calificó el fallo de «imprudente y arbitrario», argumentando que los recientes actos de violencia política subrayan las necesidades de seguridad de los funcionarios públicos.
«A raíz de la insurrección del 6 de enero, los tiroteos de los congresistas Giffords y Scalise, y las amenazas casi diarias dirigidas a los líderes locales en todo el país, la acción de la COIB (Junta de Conflictos de Intereses) -que busca cargar a los funcionarios electos con los costos de seguridad que la Ciudad ha soportado adecuadamente durante décadas- es peligrosa, más allá del alcance de sus poderes, e ilegal”, escribió.
De Blasio se ha enfrentado anteriormente a un abuso de mal uso de su destacamento de seguridad. Meses antes de dejar el cargo en 2021, un informe del Departamento de Investigación de la ciudad descubrió que descubrieron a los agentes como un «servicio de conserjería», utilizándolos para trasladar a su hija a un apartamento y llevar a su hijo a la universidad.
De Blasio sí consultó a la Junta de Conflictos de Intereses sobre los costes de su seguridad antes de anunciar su campaña presidencial en mayo de 2019. Se le dijo que los salarios de los oficiales de la policía de Nueva York estarían cubiertos, pero que todos los otros costos asociados con sus viajes no lo harían, dijo la junta.
Durante las entrevistas con los investigadores, de Blasio dijo que «no tenía una comprensión 100% clara» de la orientación, y «sugirió que era un asunto que otros tendrían que resolver», según Kevin Casey, un juez de derecho administrativo que resolvió la multa impuesta por la Junta de Conflictos de Intereses.
Casey acusó a de Blasio de mostrar una «indiferencia deliberada» hacia la junta de ética de la ciudad, culpando después a sus propios empleados del error.
“Es preocupante que durante su entrevista con el DOI (Departamento de Investigación) el encuestado intentó repetidamente echar la culpa a sus abogados y al personal de campaña, sin reconocer su responsabilidad personal de cumplir con la ley”, escribió Casey.
En una entrevista con New York Magazine publicada a principios de esta semana, de Blasio describió su candidatura a la Casa Blanca como un error.
“Creo que mis valores eran los valores correctos, y creo que tenía algo que ofrecer, pero no estaba bien en una variedad de niveles”, dijo. “Creo que entré en un lugar de terquedad extrema y visión de túnel”.
