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sábado, julio 12, 2025

Ja Morant, el tornado descubierto gracias a una bolsa de Doritos



«Antes o despues»fue el mensaje de Allen Iverson junto a una imagen de su trofeo de MVP de la NBA, ganado en 2001, del que colgaba una camiseta de Ja Morant, la nueva gran sensación joven de la Liga, una megaestrella de 22 años que acaba de debutar como estrella (el primero de muchísimos que están por venir) y que fue Rookie del Año en 2020, después de ser elegido con el número 2 del sequía por Memphis Grizzlies. El aclamado 1 fue Zion Williamson, un proyecto de jugador generacional que vive en un lío constante y no ha jugado en toda esta temporada por una lesión en un pie. Las comparaciones, ahora mismo, son odiosas.

En sus dos últimos partidos, Morant ha batido su récord de anotación y el de su equipo: 46 puntos contra los Bulls el sábado, 52 contra los Spurs el lunes. Una actuación majestuosa en la que hizo un 22/30 en tiros, anotó los cuatro triples que lanzaron, capturó 7 rebotes, hizo uno de los mates del año y acabó la primera parte con una canasta imposible sobre la bocina tras recibir un pase desde la otra punta de la pista del pívot Steven Adams. Sus Grizzlies (ganaron 118-105) eran la única franquicia sin un partido de 50 puntos en su historia. Ya lo tienen, y también un disco extraordinario. 43 victorias y 20 derrotas, el tercero mejor de toda la NBA por detrás solo de Phoenix Suns y unos Warriors a los que ya tienen un tiro de un partido. Marchan por delante de todos los equipos del Este y tiene casi asegurado el factor cancha en primera ronda de playoffs: seis partidos de ventaja sobre el quinto.

Los Grizzlies (con un gran entrenador de 37 años, Taylor Jenkins) son la revelación del año y su jugador franquicia, Ja Morant, es el hombre del momento en la NBA, una base eléctrica (1,91, 79 kilos) y con un físico prodigioso que acaba jugadas imposibles cerca del aro (34 puntos en la pintura de esos 52 que metió a los Spurs), firma mates de época y cada vez es más fiable como tirador y como director de juego. En la temporada promedia 27,6 puntos, 5,9 rebotes y 6,6 asistencias. Pero en febrero se fue a 33, 5,6 y 5,9. Y en sus últimos cuatro partidos su media es de 41 puntos con un 44% en triples.

Después de la derrota de sus Spurs, el ilustrador Gregg Popovich lo definió como “un jugador maravilloso” y asegúrese de que se equivocan quienes vinculan su éxito totalmente a su exuberante físico: «Tiene el partido en la cabeza». Su padre, Tee Morant, que jugó en el instituto con Ray Allen y montó después una barbería, cuenta que su hijo ve todos los partidos, estudia cada acción y tiene una memoria fotográfica privilegiada que le hace recordar cualquier jugada de cualquier partido: «Es en parte elefante«. Esa capacidad de retención y análisis es algo que siempre se ha destacado, por ejemplo, en LeBron James. Tee estaba valorando el salto a Europa para hacer carrera en el baloncesto profesional cuando su mujer, que también había sido jugadora, se quedó embarazada y la pareja prefirió no ponerse a hacer maletas. El bebé nació el 10 de agosto de 1999 y se llamó Temetrius Jamel. Despues, para todos, sencillamente .

Morant pasea después de los partidos con su hija de dos años y le regaló la camiseta de los 52 puntos a su mejor amigo de la infancia. Es una estrella diferente, un chico que no fue reclutado por las grandes universidades y que fue descubierto por pura causalidad cuando jugaba en el area de su Carolina del Sur natal. El ojeador James Kane, ahora en Iowa State, había acudido a un torneo a ver a otro jugador (Tevin Brown) pero escuchó sonidos de partido cuando fue a comprar Doritos a una máquina expendedora. Se acercó a echar un vistazo y allí estaba Ja Morant, con el que quedó maravillado al momento y al que guardó como un secreto muy preciado hasta que lo fichó para Murray State, donde el base terminó su segundo año como el primer jugador de la máxima categoría universitaria (Division I) con medios de más de 20 puntos y 10 asistencias (24,5+10). Y llevó a su universidad a segunda ronda del March Madness tras firmar en la primera, su debut en el gran torneo, un triple-doble (17 puntos, 11 rebotes y 16 asistencias).

Después llegó el sequía y, aunque RJ Barrett era una tentación poderosa, en Memphis apostaron fuerte por él y ya saben que acertaron: Ja Morant es una superestrella y está llamado a ser uno de los rostros de la próxima generación en la NBA.





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