Los ensayos preclínicos realizados por investigadores de la Universidad de Queensland han encontrado que una inyección de un factor sanguíneo específico puede replicar los beneficios del ejercicio en el cerebro.
La Dra. Odette Leiter y la Dra. Tara Walker del Queensland Brain Institute de la UQ dirigieron un equipo que descubrió que las plaquetas, las diminutas células sanguíneas críticas para la coagulación de la sangre, secretan una proteína que rejuvenece las neuronas en ratones de edad avanzada de manera similar al ejercicio físico.
«Sabemos que el ejercicio aumenta la producción de nuevas neuronas en el hipocampo, la parte del cerebro importante para el aprendizaje y la memoria, pero el mecanismo no está claro», dijo el Dr. Leiter.
«Nuestra investigación anterior ha demostrado que las plaquetas están involucradas, pero este estudio muestra que las plaquetas en realidad son necesarias para este efecto en los ratones de edad avanzada».
Los investigadores se centraron en las exerquinas, los compuestos biológicos liberados en el torrente sanguíneo durante el ejercicio, que se cree que estimulan la respuesta inducida por el ejercicio en el cerebro.
«Descubrimos que la exerkina CXCL4/Factor plaquetario 4 o PF4, que se libera de las plaquetas después del ejercicio, da como resultado mejoras cognitivas y regenerativas cuando se inyecta en ratones viejos», dijo el Dr. Leiter.
El Dr. Walker dijo que los hallazgos tienen implicaciones significativas para el desarrollo de intervenciones farmacológicas.
«Para muchas personas con problemas de salud, problemas de movilidad o de edad avanzada, el ejercicio no es posible, por lo que la intervención farmacológica es un área importante de investigación», dijo.
«Ahora podemos apuntar a las plaquetas para promover la neurogénesis, mejorar la cognición y contrarrestar el deterioro cognitivo relacionado con la edad».
Los investigadores dijeron que el próximo paso es probar la respuesta en ratones enfermos de Alzheimer, antes de pasar a los ensayos en humanos.
«Es importante tener en cuenta que esto no es un reemplazo para el ejercicio», dijo el Dr. Walker.
«Pero podría ayudar a los muy ancianos o a alguien que haya tenido una lesión cerebral o un accidente cerebrovascular a mejorar la cognición».
El estudio se publica en Comunicaciones de la naturaleza.