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Menores expectativas de rebajas tempranas de tipos de interés | Carácter independiente

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La economía estadounidense todavía tiene dinamismo, con las solicitudes iniciales de subsidio por desempleo la segunda semana de este enero en mínimos desde septiembre de 2022. Además, en diciembre se produjo un aumento intermensual de ventas minoristas del 0,6% y la encuesta de consumidores de la Universidad de Michigan de este mes ha alcanzado máximos desde julio de 2021. Incluso la producción industrial aumentó 0,1% en diciembre. Así que el índice de acciones S&P 500 ha superado su récord de enero de 2022. Han destacado las acciones relacionadas con tecnología ante el continuo entusiasmo por la inteligencia artificial. De todas formas, vemos una desaceleración significativa del crecimiento de EE.UU. UU. este año, siendo probable un primer recorte de tipos de la Reserva Federal en junio, incluso antes, en función del desempleo.

Además, en Europa la presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha apuntado a que los tipos de interés bajaran hacia el verano y no en primavera, a pesar de que la producción industrial en la zona del euro se reduce en noviembre por tercer mes, en gran medida debido a Alemania, cuyo PIB se contrajo 0,3% en 2023. Hay que tener en cuenta que los salarios siguen creciendo por encima de su equilibrio a largo plazo y que los funcionarios del BCE esperan persistente inflación de servicios este año. Nuestro escenario base es que el BCE comenzará a recortar tipos de interés en junio, aunque también dependerá de cuándo actuará la Reserva Federal.

En todo caso, hay que prestar atención a los resultados empresariales del cuarto trimestre de 2023. Las expectativas de aumento de beneficios son cercanas a cero en Europa -de momento las empresas del sector del lujo están publicando cifras discretas ante una modesta demanda- y un dígito medio en EE.UU.

Por su parte la economía japonesa debe beneficiarse de la última ronda de estímulos fiscales y que el Banco de Japón procede con cautela a poner fin a sus políticas monetarias ultralaxas, probablemente durante el segundo semestre.

Las tensiones en el mar Rojo son fuente de incertidumbre

El caso es que los datos de comercio internacional y producción industrial tienden a apuntar a debilidad de la economía mundial, aunque hay indicios de que la contracción de las exportaciones puede haber tocado fondo, con mejores indicadores adelantados en economías emergentes.

Pero al mismo tiempo las tensiones en el mar Rojo son una fuente de incertidumbre. El tráfico de barcos comerciales a través del Canal de Suez está en mínimos desde que hace casi tres años un barco quedó bloqueado e impidió el paso. Muchos buques se están desviando por África, lo que prolonga los tiempos de tránsito y reaviva las preocupaciones sobre el aumento de precios del petróleo y presiones inflacionarias. También coincide con menos tráfico a través del Canal de Panamá, cuye cauce se ve afectado por la sequía.

Con todo, en China la producción industrial aumentó un 6,8% interanual en diciembre y las ventas minoristas un 7,4%, para un crecimiento de su PIB real de 5,2% en 2023, aunque nominal del 4,2% estimado, mínimo desde 1976 sin COVID. En China esperamos una recuperación moderada con la mejora de las condiciones del mercado laboral y una mayor renta disponible. También pueden mejorar las perspectivas para las principales economías del norte de Asia, en particular Corea del Sur. Incluso el crédito asiático grado de inversión siguen ofreciendo una prima saludable respecto a calificaciones crediticias similares en otras regiones. Las preocupaciones sobre el sector inmobiliario en China han contribuido a una alta tasa de impagos en deuda de alta rentabilidad de empresas asiáticas, pero estas monedas deben verse favorecidas en 2024 de unas economías relativamente sólidas y el previsible recorte de tipos de interés de la Reserva Federal. .

El año de las elecciones

Con todo, 2024, va a ser año de elecciones: 77 países, más del 50% de la población, más del 60% del PIB mundial y más del 70% de la capitalización bursátil mundial. Hay muchas contiendas electorales importantes, sobre todo las de EE.UU. UU., donde las cuestiones de déficit fiscal y deuda van a tener mayor protagonismo, lo que contribuirá a una mayor volatilidad, la cual puede ser aprovechada mediante opciones y divisas.

De hecho, la volatilidad puede aumentar desde los mínimos actuales. Al respecto interesan las empresas de elevado flujo libre de caja, suficientemente sólidas para pagar sus deudas y cuya rentabilidad en por pago de dividendos y recompras de acciones pueda seguir siendo relativamente atractiva.

Descarbonización y digitalización

También hay que tener en cuenta que es previsible que la producción releve al consumo. Al respecto, interesan empresas vinculadas a motores de crecimiento estructural a largo plazo, como la electrificación, descarbonización, digitalización y relocalización, muchas del sector industrial. Además, aunque las valoraciones en EE.UU. siguen elevadas debido a las «Siete Magníficas» relacionadas con tecnología y el entusiasmo en torno a la inteligencia artificial, la promesa de esta tecnología seguirá avanzando, especialmente en tecnologías médicas, biofarmacéuticas y empresas que hacen un uso intensivo de datos capaces de monetizarlo. Por otra parte, las valoraciones en sectores defensivos, incluyendo salud y alimentos y bebidas, parecen razonables.

De efectivo a renta fija

Al mismo tiempo, es momento adecuado para pasar de efectivo y similar a renta fija y asegurar las actuales rentabilidades a vencimiento. En bonos soberanos considerados «refugio», nuestra preferencia es en vencimientos de hasta diez años y en deuda empresarial grado de inversión hasta siete años. La rentabilidad a vencimiento de los bonos del Tesoro de EE.UU. ha aumentado, pues los inversores se han vuelto más escépticos respecto a que la Reserva Federal comienza a recortar sus tipos de interés el próximo marzo y las empresas con deuda grado de inversión tienen mayor capacidad para sortear los altos costes de refinanciación. Pero somos más cautos respecto a deuda de alta rentabilidad, pues se han reducido los diferenciales a vencimiento. Puede ser más apropiado bajar en la preferencia de cobro en la estructura del balance de las empresas mediante deuda híbrida de compañías con calificación crediticia grado de inversión que invertir en deuda empresarial de peor calificación crediticia.

Además, vemos potencial en activos privados, especialmente crédito privado.



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