CHICAGO — Una empleada de una guardería y centro preescolar de Chicago fue detenida por agentes de inmigración en su lugar de trabajo el miércoles mientras los niños llegaban, según testigos, lo que refleja las tácticas de control migratorio cada vez más agresivas del gobierno de Trump.
La empleada corrió desde un vehículo hacia el Centro de Aprendizaje Temprano de Inmersión en Español Rayito de Sol después de que los agentes llegaron al estacionamiento justo detrás de ella, dijo el concejal Matt Martin, citando testimonios. La empleada fue detenida en la entrada mientras les decía a las autoridades que tenían documentos, agregó. Las autoridades entraron para interrogar a varias personas alrededor de las 7 am, cuando el centro abrió sus puertas, según testigos.
Este hecho fue inusual incluso en el marco de la “Operación Midway Blitz”, que ha resultado en más de 3.000 arrestos de inmigrantes en el área de Chicago desde principios de septiembre. Los agentes han descendido en rappel (descenso rápido) desde un helicóptero Black Hawk en una redada nocturna en un edificio de apartamentos, se han presentado con una fuerza abrumadora en áreas recreativas y han lanzado gases lacrimógenos en medio de protestas.
Según Martin, varios agentes llevaban el miércoles ropa con la inscripción “POLICÍA ICE”, identificándose como funcionarios del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE). Un video que circula en internet muestra al menos a un agente con un chaleco con la inscripción “ICE” mientras la mujer era inmovilizada y llevada a la comisaría.
El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos informó que la mujer, originaria de Colombia, ingresó ilegalmente al país en junio de 2023 y obtuvo autorización para trabajar durante la administración Biden. Sus hijos, de 16 y 17 años, cruzaron la frontera ilegalmente el mes pasado cerca de El Paso, Texas, y fueron llevados a un albergue gubernamental en Chicago para menores migrantes no acompañados.
Tricia McLaughlin, portavoz de Seguridad Nacional, negó que la guardería fuera del objetivo. Afirmó que el conductor del vehículo registrado a nombre de la mujer, que la transportaba a la guardería, ignoró las sirenas y las luces de emergencia de la policía cuando intentaron detenerlos.
“Entraron corriendo a una guardería e intentaron atrincherarse dentro, poniendo en grave peligro a los niños”, dijo McLaughlin.
Rayito de Sol, que opera ocho centros en Illinois y Minnesota, no respondió a la solicitud de comentarios. Tras el incidente, su escuela en el norte de Chicago cerró por el resto del día.
Los padres se congregaron frente a la guardería, visiblemente enojados y consternados.
Esmeralda Rosales, cuyo esposo dejó a su hijo de 9 meses, salió corriendo del trabajo para mostrar su apoyo al personal. Dijo que la mujer detenida era la maestra de su hijo.
«Son las personas más amables y bondadosas. No se merecen, estos niños no se merecen estar pasando por esto», dijo.
Chris Widen, cuyo hijo de 4 meses también recibe clases de la mujer detenida, dijo que el operativo se produjo “en la escuela durante la hora punta de entrada, cuando los niños y sus familias tuvieron que presenciar cómo sacaban a la fuerza a una maestra y cómo agentes equipados con material táctico”.
Adam González estaba dejando a su hijo en la escuela cuando vio gente gritando y agentes federales de inmigración con chalecos antibalas afuera. Algo le pareció extraño, dijo, así que comenzó a grabar la detención del trabajador.
“El mundo necesita ver lo que está pasando, que esto no es falso, que es real”, dijo González.
“En Chicago, parece que a estas alturas estás a solo uno o dos grados de separación de alguien que ha tenido un encuentro con ICE”, dijo Jason Wirth, padre de un alumno de Rayito, quien se dirigía a dejar a su hijo en la escuela.
En los últimos meses, las autoridades de inmigración han provocado indignación por operar cerca de las escuelas, especialmente durante las horas pico de entrada y salida de los niños.
En julio, agentes confrontaron a un hombre en el estacionamiento del preescolar de su hijo en un suburbio de Portland, Oregón, ante la mirada de muchos niños. En Los Ángeles, agentes esposaron a un adolescente discapacitado afuera de una escuela secundaria, pero lo liberaron cuando se dieron cuenta de que se habían equivocado de persona. En Chicago, el mes pasado, agentes lanzaron gas lacrimógeno que inundó el patio de recreo de una escuela primaria donde jugaban los niños.
Gregory Bovino, alto funcionario de la Patrulla Fronteriza, figura emblemática de la represión migratoria en Los Ángeles y Chicago, ha defendido con firmeza las tácticas del gobierno frente a las amenazas y protestas.
“No tenía motivos para pensar que sería tan grave, pero es mucho peor de lo que jamás imaginé”, declaró en una entrevista el lunes. Calificó a sus agentes de “destructores de ciudades santuario”, en clara alusión a las llamadas ciudades santuario, como Chicago, que limitan la cooperación con las autoridades migratorias.
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