Residentes de la calle 137 con Avenida 70 en Kew Gardens Hills no entienden cómo el administrador del conjunto residencial José Portillo pudo haber sido asesinado, presuntamente por Sandra Coto Navarro, una de sus vecinas y quien fue arrestada el jueves.
El motivo que manejan las autoridades es por cobrarle un arriendo atrasado.
“Yo creo que había otra manera de arreglarse, o simplemente hablar con los dueños y pedir ayuda”, dijo la vecina Gaby Paguay.
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El cuerpo sin vida de Portillo, de 55 años y según vecinos originarios de El Salvador, fue hallado dentro de una vivienda el martes 14 de enero debajo de una cama y envuelto en bolsas de basura.
Ese día, los detectives del NYPD interrogaron a la residente del apartamento de Coto Navarro, luego de que los dueños de la propiedad llamaron al 911 para averiguar por Portillo quien había dejado de contestar su teléfono, cosa que no era común en él.
La sospechosa dijo que Portillo había estado en su casa en horas de la mañana, que ella le había entregado 23 mil dólares y que luego él se había ido.
Sin embargo, videos de vigilancia comprueban que Portillo ingresó a la vivienda a eso de las 8:40 de la mañana, pero que nunca salió.
Fue entonces cuando las autoridades fueron al domicilio de Coto Navarro, quien esta vez tenía compañía.
Durante el segundo cuestionamiento de las autoridades, la persona con ella, quien según la queja criminal era conocida por la policía, señaló a los detectives la ubicación del cuerpo de Portillo.
“Feo, muy feo. Uno no sabe al lado de quién vive, uno no sabe», dijo José Luis Mejía, otro vecino.
“Es algo muy impactante en verdad, porque era una persona demasiado buena con todo el mundo, siempre trataba de ayudar a uno”, agrega Lizmary Báez.
Los médicos forenses determinaron que la víctima murió debido a múltiples golpes en la cabeza con un objeto pesado, además de asfixia por una bolsa en su cabeza.
Los vecinos expresaron su tristeza ante los hechos y lo recuerdan con cariño.
“Bastante duro que me ha dado eso, yo pasé antes de ayer el día entero llorando y sin comer”, dijo Báez.
“Muy colaborador, ayudaba mucho a la comunidad, más que todo aquí, como era encargado de estos 'edificios'. Muy buena gente, pendiente de todo lo que necesitáramos», dijo Paguay.
Ahora Coto Navarro enfrenta cargos de homicidio en segundo grado, manipulación de evidencia física y posesión de un arma criminal en cuarto grado. Se ha declarado no culpable a las acusaciones.
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