“Dijo Jehová a Moisés: Yo he visto a este pueblo, que por cierto,
Es pueblo de dura cerviz”.
EXODO 32:19
“Y respondió Aarón: No se enoje mi señor; tu conoces al pueblo que
Se inclina al mal”.
EXODO 32: 22
“Yo enviaré delante de ti el ángel, y echaré fuera al amorreo, al jebeo, al ferruzeo, al heveo y al jebuseo”.
EXODO 33:2
A la tierra que fluye leche y miel, pero yo no subiré en medio de ti, porque eres pueblo de dura cerviz, no sea consuma el castigo”.
EXODO 33:3
Estos capítulos de Exodo, el libro de la Biblia que reseña el peregrinaje del pueblo de Israel hacia la Tierra Prometida conducido por el patriarca Moisés, vagando 40 años en el Sinaí, y que nunca ocupó, aunque vio, describe con la certeza infalible de Jehová, no solo la perversidad del pueblo que eligió, sino más bien, arrepentido de su discriminada escogencia sobre todos los pueblos y tribus residentes en Judea.
Pueblo maldito, desobediente, y de dura cerviz, no calificativos del autor, sino conforme cito, de Jehová.
Ese ancestral y bíblico estigma relacionado con la patraña del “pueblo elegido”, ha resultado una consecuencial repetición, comprar y despojar tierras a palestinos a principios del siglo XX, descritos por el historiador y catedrático hebreo Ian Pappé en su libro LIMPIEZA ETNICA EN PALETINA.
En 1946, dos años antes de proclamar el Estado de Israel el 14-05-1948, conforme la resolución 181 del 29-11-1947, David Ben Gurión instruyó a Elimelech Avnir, iniciar el Plan Gimel o Plan C, consistente en disuadir a la mayoritaria población palestina de atacar los asentamientos judíos, incluyendo:
Matar a los líderes políticos palestinos.
Matar a los palestinos agitadores y a quienes les proporcionen respaldo financiero.
Matar a los palestinos que atacaran a los judíos.
Matar a los funcionarios palestinos más importantes durante el Mandato Británico.
Destruir los medios de transporte palestinos.
Destruir las fuentes de sustento de los palestinos: pozos de agua, molinos, etcétera.
Atacar las aldeas palestinas cercanas que tengan posibilidades de ayudar en ataques futuros.
Atacar los clubes, cafés y demás lugares de reunión palestinos.
El Plan Gimel parece no resultó todo lo contundente inicial planeado, sustituido por el Plan Dalet, consistente en expulsar sistemáticamente a todo palestino de su heredad, es decir, iniciar la limpieza étnica de palestinos por judíos. (Iam Pappé, ibid. Páginas 53-54.
Limpieza étnica proseguida y ejecutada sistemáticamente hasta desembocar hoy con el horror y genocidio del Estado de Israel en la Franja de Gaza, 2.5 mm de palestinos, y Cisjordania 3.5 mm de palestinos.
Genocidio repudiado por la comunidad internacional.
Por el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, exigiendo solución dos Estados, noviembre 21,
Presidente de Turquía, Reyep Tayip Erdogan, noviembre 26.
G20 en su cita este noviembre 20 en Nueva Delhi.
Liga Arabe, sesionando en Riad, Arabia Saudita, presencia Turquía, Irán, Qatar, Autoridad Nacional Palestina, anfitrión príncipe Mohamed bin Salman, condenaron masacre palestinos por Israel, noviembre once.
Secretario General de Naciones Unidas, António Guterres, noviembre 24.
Emmanuel Macron, presidente de Francia: “No habrá paz sin un Estado palestino”, noviembre 25.
Reina Rania de Jordania acusa a Estados Unidos cómplice tragedia Palestina, noviembre 25.
Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, respaldo a Mahmud Abás, 16 octubre.
“No se puede castigar a toda población Gaza”, Alexander De Croo, primer ministro Bélgica, 14-10.
Los despachos noticiosos desde octubre siete, cuando inicia el conflicto-masacre a militantes palestinos de Hamás, desde Gaza atacar kibutzin asesinando 1,400 judíos, niños entre ellos, y raptar 241 judíos, el Tzahal (Ejército) ha destruido considerables partes de Gaza, incluidos hospitales, alegando escondrijos de Hamás, asesinando a más de cinco mil niños, cuando la guerra Rusia-Ucrania ha reportado 1,500 niños muertos.
El Estado de Israel, conducido por el genocida primer ministro Benjamín Netanyahu ha causado la muerte de más de 15 mil palestinos en Gaza y 90 en Cisjordania, que no está en guerra, asesinados por efectivos del Tzahal que por capricho dicen: “Ese es un Hamás”.
Este noviembre 22, EFE reprodujo declaración del presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás, denunciando la masacre de 42 mil palestinos en Gaza, evidencia de que sus hermanos en Gaza ni siquiera saben cuantos son.
Hay 1.7 mm palestinos desplazados de sus hogares.
Las fotos de las agencias noticiosas y los periódicos de todo el mundo reproducen la devastación de Gaza y niños llorando sus padres y madres.
Eso no acontece en el Estado de Israel.
Inclusive el influyente The New York Times en su edición del 25 insertada en Listín Diario, reseña el genocidio del Estado de Israel en Gaza y al niño de nueve años Khaled Joudeh, sollozando por la muerte de su hermana de ocho meses, asesinada por bombardeo sionista, igual a su padre y madre.
Khaled Joudeh se queda sin padres ni hogar.
Khaled Joudeh jamás logrará reponerse cognitivamente del escenario dantesco vivido.
Su hogar demolido. Sus padres y hermana de ocho meses muertos.
Y la gran angustiosa interrogante y peligrosa es:
Como Khalde Joudeh, con nueve años, asimila su inconmensurable tragedia emocional.
Como Khaled Joudeh y todos los niños palestinos implosionarán en su momento, la vendetta por el exterminio de su familia por Israel, en una inexorable nueva versión apocalíptica, que advendrá, nueva vez, y otra vez.
Y así la noria inconclusa del inapagable volcán de odio entre hermanos de padre, que jamás, sin o con Hamás, nunca concluirá, hasta conformar la solución de dos Estados en Palestina, uno árabe, otro judío.
El presidente Joe Biden, y el dictador de Egipto, Abdelfatah -al Sisi, serán los grandes históricos culpables del genocidio palestino, respaldando al genocida Benjamín Netanyahu.