Más de dos años después de quedar atrapado en un caso de conspiración para asesinar, un joven fue liberado de prisión el miércoles después de que el Tribunal de Apelaciones de Gran Bretaña determinara que las autoridades lo habían identificado erróneamente en un video.
El hombre, Ademola Adedeji, de 21 años, estaba entre los 10 jóvenes negros de Manchester a quienes los fiscales habían acusado de conspirar para asesinar y mutilar a otros para vengar la muerte de su amigo cercano. Su juicio se convirtió en un pararrayos en la política racial y policial del país.
«No parece real porque esto sucede una vez entre un millón», dijo Adedeji sobre su liberación en una entrevista telefónica desde la casa de sus padres el miércoles.
El señor Adedeji no atacó a nadie. Tampoco poseía armas ni traficaba con drogas. Ayudó a la policía con su investigación. Y no hubo ninguna víctima de asesinato.
Sin embargo, fue declarado culpable de conspiración para causar lesiones corporales graves con intención en 2022 y cumplía una condena de ocho años.
Los fiscales retrataron al Sr. Adedeji como un gángster, extrayendo fotos y videos de sus publicaciones en las redes sociales como evidencia. Por ejemplo, una foto de él sosteniendo un fajo de billetes en la oreja (una pose popular en Instagram) se utilizó como prueba en su contra.
El caso se basó en el hecho de que Adedeji, que entonces tenía 17 años, se había unido a un chat grupal en Telegram, donde él y sus amigos adolescentes discutieron sobre cómo exigir venganza días después de que su amigo fuera asesinado.
Adedeji envió seis mensajes de texto al grupo en el transcurso de unos 20 minutos, compartiendo el código postal de los hombres de los que sospechaba que habían matado a su amigo. Nadie resultó herido cerca de la dirección que compartía el Sr. Adedeji.
Como fue acusado de conspiración junto con otros nueve acusados, incluidos algunos que cometieron actos violentos, no importaba que no hubiera matado o herido directamente a otras personas.
El juicio por conspiración llamó la atención del público como un ejemplo de cómo la represión británica contra las pandillas apunta desproporcionadamente a los jóvenes negros.
A falta de una definición legal clara de pandilla, la etiqueta tiende a aplicarse desproporcionadamente a grupos de jóvenes negros. Los expertos legales dicen que tal designación ayuda a persuadir a los jurados de su culpabilidad.
Una prueba clave fue un vídeo oscuro y granulado que mostraba a un adolescente burlándose de sus rivales. Los fiscales lo habían presentado como prueba de la afiliación del Sr. Adedeji a una pandilla.
Cuantas más veces los fiscales reprodujeron las imágenes en el tribunal, más claro quedó que el hombre en el video no era el Sr. Adedeji. Un juez permitió que los jurados consideraran el vídeo, pero les instó a tener cautela antes de decidir quién aparecía en él.
Durante una audiencia de apelación, otro adolescente confirmó que él, y no el Sr. Adedeji, aparecía en el vídeo.
Basándose en esas pruebas, el tribunal de apelaciones integrado por tres jueces anuló la condena del Sr. Adedeji. No será juzgado nuevamente.
El tribunal, el segundo más alto de Gran Bretaña, no abordó directamente los argumentos de racismo institucional en la sentencia. Sin embargo, los jueces escribieron que “en cualquier caso, es vital evitar la estereotipación injusta de las personas, en función de su raza, como miembros de pandillas”.
Los jueces confirmaron las condenas de seis hombres en el caso, pero redujeron las penas de prisión para otros dos acusados, Raymond Savi y Omolade Okoya, que fueron declarados culpables de cargos similares y sentenciados a ocho años de prisión. Su nueva sentencia es de cuatro años y medio.
La Fiscalía de la Corona, que dirige los procesamientos en Inglaterra y Gales, dijo en un correo electrónico que respeta la decisión del tribunal.
«Este fue un caso complejo en el que las pruebas fueron evaluadas cuidadosamente para cada individuo», dijo el servicio.
Adedeji estaba radiante el miércoles después de reunirse con su familia. Sus padres lo recogieron en prisión y todos pararon en Burger King antes de regresar a casa. Lo primero que hizo al llegar, dijo, fue abrazar a sus hermanos menores.
“¿Cuántos otros chicos he conocido en la cárcel que están en situaciones similares a la mía y que nunca tendrán esta oportunidad?” dijo.
