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martes, febrero 4, 2025

La unidad canina trabaja para detectar explosivos en el JFK.


Estos son Ben y Tango en plena jornada laboral. Es de esperar que si viajas por el Aeropuerto Internacional JFK te encuentres con los equipos caninos a tu alrededor.

Su trabajo, detecta explosivos.

“Tú le dices al perro buscar y eso quiere decir que el perro tiene que buscar la bomba. Ellos saben”, explica Alexis Álvarez, adiestradora de la unidad K-9.

Los equipos K-9 navegan hábilmente entre grandes grupos de personas para identificar de dónde proviene el olor a explosivos.

En una demostración en la que esta mujer cargaba con explosivo en su mochila, pudimos ver como Tango reaccionaba.

“Cuando el perro subió la cabeza así estaba oliendo, y entonces persigo a la persona. Cuando él hace eso, yo le pago con la pelota”, agrega.

Aunque no es muy común encontrar explosivos en el aeropuerto JFK, existen otros dispositivos que los perros olfatean con más frecuencia.

“Pistolas, tienen balas Todo eso tiene la misma química adentro.”

Los caninos y sus adiestradores fueron entrenados por 12 semanas en el Centro Nacional de Entrenamiento Canino de la, Administración de seguridad del Transporte,TSA en San Antonio, Texas.

Durante ese tiempo, los perros, de entre uno y dos años de edad, aprenden a detectar explosivos y materiales explosivos dentro del ajetreado sistema de transporte.

“Estos perros tienen un olfato impecable, estamos hablando de encontrar una pelota de tenis en un estadio, así en detalle es ese tipo de búsqueda”, indica Andre Coburn, adiestrador de unidad K-9.

Y el aeropuerto no es el único lugar donde estos perros trabajan, también los podemos encontrar en el Ferry, el sistema del subterraneoterminales de autobuses y en eventos que requieran alta seguridad.

Marcada en una correa alrededor de su costado, el mensaje está claro, no acariciarno acaricies, algo que los adiestradores dicen es la parte más difícil de evitar.

“Quiere seguir trabajando, pero la persona empieza a tocarlo y en ese momento no pueden hacer su trabajo”, añade Coburn.

La jornada de trabajo para estos sabuesos es de 40 horas, sin embrago, solo se les permite trabajar 4 periodos de 20 minutos al día, el resto del tiempo se dedican a entrenar, algo vital para su desempeño.

En promedio pueden durar más de 10 años en servicio.

Pero una vez que se retiran, el adiestrador tiene la opción de adoptarlo, si este no es el caso, ingresa a un programa de adopción para el público.



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