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jueves, noviembre 21, 2024

Leonel: un discurso de confesionario

El autor es escritor. Reside en Nueva York

La noche de febrero 22 el doctor Leonel Fernández pronunció un discurso muy triste. Y no digo que fuera triste porque reflejara alguna tragedia. No, mas bien pienso que fue triste porque evidenciaba algo de peor consecuencia para la actividad política racional. El expresidente anunció al país la pérdida -espero que no sea para siempre- de lo que llamamos el “sentido común”.

Sin ese elemento, le resultará muy difícil cerrar su ciclo de vida y probablemente ya no podamos contar con los aportes de su razonamiento que, aunque no fue brillante en el contexto de los grandes hombres dominicanos, si debemos admitir que era apropiado para gran parte de la época que le tocó vivir.

El hecho de saber navegar con el viento a su favor, me dice que su ejercicio político con tres períodos presidenciales en su alforja, no es casual. No hay dudas, algo extra tiene el doctor Fernández, aunque no sea lo que yo suponía. Pero, el tiempo pasa.

Creo que ustedes entienden mi tristeza. No se trata de diferencias de enfoque político con el líder, las que no puedo ni trato de ocultar. Es que se me ha caído un santo del altar y no tengo recursos lógicos para justificar su explicación sobre el problema de la abstención electoral. Yo de verdad no entiendo, cómo se le ocurre al líder de la FP convocar a la ciudadanía para hacer tan temeraria acusación y no aportar, ni por asomo, alguna prueba o posible evidencia de lo que él supone sucedió el pasado domingo 18 del mes en curso.

Mis dudas sobre el juicio de Fernández (LF), surgen cuando él dice (más o menos) que: “hay la percepción de que el PRM y sus aliados ganaron arrolladoramente pero, esa percepción es atenuada (disminuida) por la poca gente que votó (49.4%, según la JCE)”

Aquí hay dos errores de apreciación de. El primero: 49.4%, aunque es uno de los % más bajos registrados en RD, es mayor que el % que vota en elecciones de medio tiempo en los países del área similares a nosotros; el segundo: “percepción” según el diccionario, es una idea, sensación o conocimiento de algo. Por ejemplo, la gente cree que Johnny Ventura es el Rey del Merengue en RD, aunque él, que es una marca país, se aventuró a militar en dos partidos diferentes, PRD y FP.

Sin embargo, los reformistas, socialistas, perremeístas, peledeístas etc…, o sea, el resto del país, lo sigue considerando el Rey del Merengue. La percepción es para lo mucho y para lo poco, como la abstención; Johnny es el Rey del Merengue para los miembros de la FP y para los 11 millones de dominicanos también.

De modo que,  buscar agarre por la abstención, resulta una rotunda falta de sentido común. Entre los que no votaron, hubo gente de todos los partidos, no solo opositores; porque cuando llueve, se moja todo el que no tenga paraguas.

Es que la percepción no cambia porque seamos muchos o pocos los involucrados. Lo que debió confesar LF es que, los 2 millones de gente en el padrón de la FP era una mentira garrafal y que por tanto, nunca hubo la posibilidad del famoso tsunami verde que él pronosticó y nunca llegó.

La realidad que LF quiere esconder es que el PRM sacó el 49% de los votos, el PLD el 22% y la FP el 4.9%. Imagínense ustedes, si el PRM resulta ilegitimo, ¿cómo hemos de considerar a la FP? que sacó 1/10 de lo que sacó el PRM. Pero además, si como dice LF, el 78% votó contra el PRM, contra la FP votó el 95.1%; ¿ven ustedes ahora por qué siento tristeza por el doctor, al perder el sentido común?

Es muy cierto que hay una crisis, pero más que de representatividad, es, de sinceridad, de seriedad. Cuando LF miente conscientemente al afirmar que tiene 2 millones de dominicanos inscriptos en su partido y pronostica un tsunami de votos verdes en las elecciones, él sabe muy bien que eso no es verdad. Y prefiero creer que se pasó de inteligente, creyendo sus propias historias y no que se le ha ido la chaveta, porque eso sí que es difícil de recuperar.

Mas adelante en su discurso, LF hace una afirmación que resulta tan peregrina como irresponsable, porque no aporta prueba alguna para justificarla, ni siquiera una simple evidencia que nos ponga a pensar. Él afirma que el Gobierno ha diseñado un novedoso plan destinado a disminuir la participación de los opositores en las elecciones. Sobre eso mi querido lector, solo le voy a pedir una cosa: piense lo que dice LF, y por favor -si usted lo entiende- explíquemelo.

Pero a seguidas, el líder hace una reflexión que a mi personalmente me parece que es lo mas sensacional de toda su alocución, mas por temeraria que por valedera, LF afirma que el PIB tan solo creció un 2% el año pasado, que persiste el alto costo de la canasta familiar; que hay poco circulante; que varios sectores de la economía nacional se hallan paralizados; y que la inseguridad ciudadana mantiene en zozobra a la familia.

Todo este malestar conduce al voto de rechazo, y por ello se diseñó, -supuestamente- el “novedoso plan” que LF denuncia y que provocó la abstención de la oposición en los comicios pasados.

Y a continuación LF se dedica a tejer todo un tinglado de intrigas y malas mañas que él conoce muy bien, porque fue lo que hizo reiteradamente mientras estuvo en el poder. Pudiera seguir enumerando incongruencias del Campeón de la Conceptualización pero, ya voy llegando a las 1000 palabras y no quiero sobrepasar el límite.

Finalmente, el doctor Fernández dice algo con sentido y tengo que reconocerlo.

“A pesar de haber crecido un 76.7 % con respecto a nuestra votación del 2020, no estuvimos a la altura de nuestras expectativas; y aunque reconoce su fracaso, abotona el asunto con otra cortina de humo: “Contra viento y marea, eh palante que vamos”.

¡Vivimos, seguiremos disparando!

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