El campeón ha entrado en un bache. Milwaukee Bucks perdió esta madrugada contra Utah Jazz (95-107) y enlazó su tercera derrota consecutiva después de caer previamente frente Minnesota Timberwolves y San Antonio Spurs. Las tres han sido en casa, pero esta ha sido la más clara, la que más sensación de fragilidad ha dado: nunca estuvo por delante y siempre que se acercaba, que apretaba a su rival, este contestaba con contundencia y rotundidad por obra y gracia de Donovan Mitchell.
¿Es preocupante? A medias. Las derrotas están ahí, pero Milwaukee tiene cierta carta blanca para zozobrar en este arranque de temporada tras conquistar el último anillo de la NBA y porque, día sí y día también, alguna de sus principales armas no está sobre la cancha. Contra los Jazz fue una sangría: Brook Lopez, Jrue Holiday, Khris Middleton y Donte DiVincenzo no pudieron jugar por diferentes motivos médicos. Es decir, todos los titulares del pasado curso, a excepción de Giannis Antetokounmpo, faltaron contra el actual líder de la Conferencia Oeste. Casi nada.
Gran día de Donovan Mitchell
A pesar de ello, el griego desplegó todos sus recursos para evitar la derrota. Apoyado por Bobby Portis (15 puntos y 5 rebotes) y Grayson Allen (18 tantos con un 5/10 desde el triple), Anteto alcanzó los 25 puntos… aunque volvió a viejos hombres con un 3/11 desde el perímetro.
Los Jazz se levantaron tras la derrota contra Chicago del día anterior. Y lo hicieron sin dejar ningún tipo de duda y con Mike Conley de vuelta (20 puntos). Siempre por delante en el marcador y con Mitchell como garante del quinto triunfo de la temporada en seis partidos. El base se disparó a los 28 puntos y cuando los Bucks se acercaban mínimamente, golpeaba con dureza, con parciales continuos. Si Milwaukee se ponía a cinco mediado el tercer cuarto, él respondía con siete puntos casi seguidos; si era un 95-99 a falta de 1:39, él volvía a poner calma en Salt Lake City con cinco tanto para sellar el triunfo.