Y ahora, después de todas las informaciones, rumores y opiniones sobre la situación de Kyrie Irving, su negativa a vacunarse contra la COVID y las leyes de Nueva York que le impedirán estar en las actividades (partidos, entrenamientos…) de los Nets en su pista, llegan los problemas de verdad. Se materializa lo que va a ser la situación real (un sainete) para el máximo favorito al anillo. Por ahora y con pinta de no cambiar pronto. Las últimas informaciones, de hecho, apuntan a que en la franquicia de Brooklyn comienzan a ver muy negro el asunto, ya que incluso se plantean medidas duras que podrían pasar por apartar totalmente a Kyrie, uno de los miembros de su tres grandes atómico, en lugar de verso en la noria de contar con él en casa y no hacerlo a domicilio.
Hoy los Nets juegan su segundo partido de pretemporada, el primero en su pista, el Barclays Center. Llegó el campeón, Milwaukee Bucks, en el duelo que repite lo que fue una serie tremenda en la segunda ronda de los últimos playoffs. Pero el choque está marcado por la ausencia, cantada, de Kyrie. Y la razón oficial de los Nets: inelegible para jugar. No elegible para jugar. Esa será su situación a partir de ahora en todos los partidos en casa de los Nets mientras el base no recibe al menos una dosis de la vacuna, algo que en su equipo dudan seriamente que vaya a hacer. Habrá que acostumbrarse, además, esa etiqueta: no elegible para jugar no era algo hasta ahora que formara parte de la comunicación rutinaria en los equipos, pero es la opción elegida por los Nets ya que no pueden, legalmente, dar información sobre si tiene o no que ver con que Irving esté o no vacunado.
Kyrie entrenó con el equipo durante su etapa en San Diego pero ha estado apartado desde que los Nets regresaron a Brooklyn. Y así seguirá hasta nuevo aviso. En Nueva York las normas de pandemia son estrictas: no se puede acceder a recintos públicos cerrados ni participar en eventos en interiores si no se está vacunado. Se necesita al menos una dosis. Eso hace que los jugadores de Nets y Knicks que no hayan recibido la vacuna no podrán estar en las actividades de sus equipos como locales: ni partidos (amistosos, 41 en temporada regular, los que podrían haber en playoffs) ni entrenamientos.
La NBA optó, a diferencia de lo que decidió para trabajadores de otros rangos en la organización, por no hacer obligatoria la vacunación entre los jugadores. Pero sí advirtió que los jugadores no cobrarán por partidos no jugados vinculados a este problema de las leyes locales de vacunación. A los Nets, que están entrenando sin Kyrie, les quedan dos amistosos en su pista, en el Barclays Center, hoy y el próximo jueves, y después arrancan las temporada regular con dos partidos a domicilio. Su estreno en como local en temporada regular llegará el día 24. Y el test a Kyrie no se hará esperar: en la segunda semana de competición comienza un tramo de seis partidos seguidos en el Barclays, que acogerá 20 de los 26 que jugará el equipo entre noviembre y diciembre.
Para Kyrie, las consecuencias económicas pueden ser tremendas. El base, de 29 años, tiene contrato esta temporada por valor de algo más de 35 millones de dólares. Tiene una opción de jugador de 36,6 para la próxima, 2022-23 y los Nets querían negociar ya una extensión para asegurar su continuidad. Esta, que ahora quedará obviamente en suspenso, podría ser de 187 millones por cuatro temporadas. Por cada partido que se pierda en Brooklyn por no estar vacunado, dejará de cobrar 381.181 dólares. Eso implica (son cuentas del periodista Bobby Marks) 762.000 por los dos que restan de pretemporada y 15,6 millones si no juega ninguno en temporada regular. A eso hay que sumar otros 762.000 por los dos que debería que jugar en el Madison, con los Knicks como locales, y 413.000 en bonus. Y todo eso sin contar playoffs.