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lunes, diciembre 23, 2024

Una mujer que perdió a sus hermanos en el terremoto de Marruecos se tomó un tiempo para procesar su dolor.


Primero fue la noticia, luego el shock y luego un grito. El domingo, en la pequeña ciudad de Amizmiz, en el sur de Marruecos, una mujer dejó escapar un grito desgarrador mientras absorbía la información de que sus dos hermanos habían muerto en el devastador terremoto.

Según las autoridades, más de 2.000 personas murieron en el terremoto que sacudió Marruecos el viernes por la noche. La más afectada fue la provincia de Al Haouz, donde reside Amizmiz, donde Una pequeña multitud iba creciendo para consolar a la mujer que lloraba.

Lacher Anflouss, de 37 años, sobrino de la mujer, dijo que su tía había crecido con sus hermanos en un pueblo más alto en las cercanas montañas del Atlas. Ella se mudó cuando se casó, pero sus hermanos se quedaron.

Inmediatamente después del terremoto, el servicio de telefonía celular se cortó, lo que dificultó que la gente tuviera noticias inmediatas de sus seres queridos, dijo Anflouss. Una vez que su tía se enteró de lo que les había sucedido a sus hermanos, dijo, intentó acercarse lo más posible a su ciudad.

«Muchas personas reaccionan en silencio al principio porque todavía no lo han procesado», dijo Anflouss, y añadió, en una explicación de su grito: «Y luego, cuando finalmente lo procesan…»

Su tía, a quien no nombró, fue alejada de una pequeña multitud que se había reunido por otra mujer que la rodeó con el brazo y le frotó la espalda. La conversación entre la multitud derivó en el rumor de que otra casa en Amizmiz acababa de derrumbarse y en la posibilidad de que hubiera más víctimas.

Ambulancias y tiendas de campaña se alineaban en las calles de la ciudad, que se encuentra al pie de las montañas. Algunos residentes habían pasado la noche en tiendas de campaña amarillas proporcionadas por los bomberos, mientras descansaban detrás de refugios improvisados ​​de telas coloridas y lonas de plástico sujetas con piedras. Los socorristas también llevaron comida y mantas, dijeron los residentes.



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